Los tres tipos de argumentos del discurso de Aristóteles, el «ethos», que reside en el comportamiento y la autoridad del que habla; el «logos», cuando se convence por el propio discurso; el «pathos», que persuade por las emociones que despierta en el auditorio, son el punto de referencia para esta investigación realizada por Inmaculada Berlanga, de la Universidad Internacional de la Rioja, Francisco García García, de la Universidad Complutense de Madrid y Juan-Salvador Victoria Mas, de la Universidad de Málaga, con el fin de valorar la presencia de la retórica antigua en las redes sociales, nuevo espacio retórico o ágora del siglo XXI. El artículo ha sido publicado en el número 41 de la revista Comunicar
Para los autores del artículo, es conveniente recalar en los principios clásicos, originales, en un momento histórico como el que vivimos, caracterizado por la inmediatez de información, que nos aboca, aun sin quererlo, a una comunicación despersonalizada y superficial.
Las redes sociales permiten la inclusión de múltiples variantes textuales (escritura, imagen fija, video, multimedia, etc.). Esto amplía su potencial expresivo enormemente y apoyan al discurso para que logre su objetivo de persuasión. En definitiva, son ideales como forma de comunicación escrita y como fomento de relaciones interpersonales, aspectos típicos de toda Retórica, en la que no existen trabas ni censura pero en los que existe un lenguaje pobre y lleno de incorrecciones, muy contaminado por las características de la comunicación oral y utilizada más para relacionarse con otras personas que para dialogar.
Tras el análisis de las conversaciones del muro de tres usuarios representativos, los resultados apuntan a un uso de la Retórica por parte de los usuarios de la red con el sentido que a lo largo de la historia ha tenido: el de instrumento social. Pero además, en esta red social (y en todas, en general) la Retórica ha encontrado nuevos cauces y dimensiones insospechadas: potenciación del diálogo con la interacción entre las distintas instancias participantes en la comunicación; facilidad en la actividad productiva del orador así como la actividad interpretativa del oyente; oportunidad de reconducir el discurso a raíz de la aceptación o del rechazo por parte de los usuarios; posibilidad de almacenamiento racional de la información; una pronta recuperación de la información y facilidad de enlace entre fuentes informativas y documentales. Así, la micro-red en la que se con-figura el muro de usuario de Facebook proporciona una mejor adecuación entre el discurso, el orador, el oyente, el contexto.