El plagio no es una práctica nueva y siempre ha sido igualmente desaconsejable, pero es cierto que las TIC han venido a facilitarlo. Siempre hay una cara y una cruz y, en este caso, el plagio forma parte de la cruz de las tecnologías.
Sin embargo, no estamos ante un asunto que haya sido muy estudiado hasta ahora. Afortunadamente, en el número 44 de la Revista Comunicar podemos leer un interesante artículo que analiza este fenómeno. Con el título Plagio académico entre alumnado de secundaria y bachillerato: diferencias en cuanto al género y procrastinación, los investigadores de la Universidad de las Islas Baleares Jaume Sureda, Rubén Comas y Miguel Oliver demuestran cómo, por desgracia, estamos ante una práctica habitual en enseñanzas medias. Los autores han comprobado que son los chicos (sexo: hombre) los que más sucumben al plagio, junto a aquellos estudiantes que suelen dejar para el último momento la realización de trabajos.
Me parece de gran interés una de las conclusiones a las que llegan los investigadores: la necesidad de hacer mayor seguimiento a la realización de trabajos como prevención de estas malas prácticas, así como la necesidad de actuar y de que los centros tomen medidas en este sentido.
Para estas próximas vacaciones navideñas recomiendo la lectura de este artículo tanto a profesorado de enseñanzas medias como a gestores de centros, así como a investigadores y, no estaría mal, padres y madres con hijos en edad de estudiar en secundaria y bachillerato.