Con el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación se ha hecho cada vez más común el uso de la Internet como elemento clave en la investigación y las tablets como herramientas dentro del aula.
A estos se suman los celulares a través de los cuales los alumnos envían mensajes a sus padres o a sus compañeros al tiempo que amplían los conocimientos desarrollados en clase, usos que pueden implicar un factor distractor y que limite la capacidad de concentración de los estudiantes.
Hasta hace poco en América Latina el uso de celulares en las aulas esta supeditado a las políticas de cada centro educativo; sin embargo algunos países han adoptado medidas que prohíben el uso de celulares en el aula tanto de parte de estudiantes como de sus profesores.
Esto sucede en países como Costa Rica, donde los colegios y escuelas definen en su reglamento interno permitir o no el uso del celular. Algunos colegios lo prohíben a la hora de clases, pero no hay garantía de que esto se cumpla.
Bolivia, en cambio prohibió el uso de celulares en clases en el 2014 cuando esta medida fue contemplada en la resolución 001/2014 emitida por el Ministerio de Educación, que en su artículo 108, indica la debido a que interrumpen las actividades académicas.
En otros países como Ecuador el uso del celular en el aula no solo es permitido, sino que además es parte del plan de la comunidad educativa en línea que impulsa el gobierno nacional, puesto que la mejor manera de educar sobre el uso de la tecnología es en el aula. Sin embargo se reconoce la necesidad de capacitación al personal docente para que guíe el uso de esta herramienta de manera efectiva.
En resumen, América Latina tienen aun mucho por debatir en torno a la inclusión de tecnologías en el aula, un tema que empieza por la capacitación de los profesores para que orienten su uso adecuado de manera que se pueda sacar provecho de ellas; así como de mejorar condiciones de accesibilidad en la región.