Hoy Aularia publica una entrevista a uno de los pioneros de la educomunicación y a un amigo entrañable del Grupo Comunicar, a Ismar de Oliveira Soares. Quienes nos consideramos educadores basamos nuestra acción en la relación con otras personas, en la comunicación con los demás. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, sin duda nos ayudan a ello, aportan nuevas visiones y contactos y, sobre todo, son un desafío para nosotros. Los nuevos ciberespacios educativos implican un avance espectacular y al mismo tiempo nos obligan a los educomunicadores a ser más conscientes del sentido dialógico, solidario, personal e intercultural y diferenciar claramente la comunicación del terreno de los aparatos, programas y cachivaches para centrarlo en los procesos sociales y personales, en la reflexión colectiva, en la participación y en la búsqueda común y creativa de soluciones a los problemas cercanos y lejanos del mundo.
«Imagen, palabra, gesto se presentan como elementos constitutivos de la naturaleza misma del proceso comunicativo. Efectivamente, la comunicación humana puede concretarse, en distintos momentos, mediante imágenes, palabras, o a través de gestos. O, con la intervención de los tres, simultáneamente. No hay jerarquía entre ellos. Pero, lo que condiciona la primacía de uno sobre el otro es la inmediatez: el elemento que al momento provoca y motiva, concatenando los demás, provocando una cadena de sentidos. En términos educomunicativos, el gesto y la palabra componen con la imagen un escenario al que denominamos como “ecosistema comunicativo”, en el que la simultaneidad de los procesos permite a los sujetos emitir y recibir señales, conceptos y vibraciones emocionales.»
«Para la educomunicación, lo que cuenta no es la preeminencia de la tecnología (no está garantizado que la más veloz e inmediata produzca mejor comunicación), pero, sí, la manera como los sujetos se apropian de ella. Por tanto a la pregunta ¿Qué espacio e importancia queda para la palabra y el gesto en la educomunicación?, contesto: el espacio de la creatividad y de la coparticipación en la construcción colectiva de sentidos en el proceso comunicativo, mediante el acercamiento a las herramientas más próximas y accesibles.»
«El rol de los educadores y comunicadores en una sociedad tecnificada es el de descubrir alternativas para el uso de los instrumentos, favoreciendo la creatividad y la voluntad política de los que tienen lo que ofrecer para cambiar el destino que el sistema económico determinó como modelo único y definitivo para el uso de las tecnologías digitales.»
Es conveniente leer las reflexiones de Ismar Oliveira con detenimiento.