Uno de los editoriales de Aularia, que ya va a cerrar (el 1 de enero de 2013) este volumen para iniciar el siguiente. La responsabilidad es de toda la sociedad.
La familia y la escuela pierden fuerza socializadora al mismo tiempo que la ganan los medios de comunicación. Esta realidad implica un desafío para los padres, la familia y la administración pública ya que la responsabilidad socializadora es, por igual, de todos los agentes sociales, también de quienes detentan el poder de los medios de comunicación y de las grandes cadenas de televisión. Nadie duda de la responsabilidad legal de los medios de comunicación pero poco se habla de su responsabilidad moral y socializadora, de la importancia que sus mensajes y actuaciones poseen para quebrar la pasividad, para incitar a la participación ciudadana. Se hace urgente e imprescindible unir esfuerzos para que los grandes problemas del mundo en el siglo XXI, que generalmente tienen que ver con la solidaridad y el respeto, tanto hacia las personas como hacia el medio ambiente, estén presentes con criterios de interés global en los medios de comunicación.
Con rapidez y vertiginosidad se aprecia cómo el mundo es invadido por los medios de comunicación de masas, que cobran una relevancia especial gracias a los avances tecnológicos. El gran desafío de los educadores –padres, profesores, responsables y comunicadores- es adquirir la fuerza suficiente para, en un principio, utilizar el poder icónico y emotivo de los medios de comunicación y de las nuevas tecnologías con finalidades educativas, y al mismo tiempo, proponer a los educandos –alumnos y sociedad en general- las posibilidades educativas y didácticas suficientes como para convertir la fuerza de la televisión y su mensaje, en un vehículo e instrumento imprescindible de búsqueda de información, de apreciación de la realidad y de puerta a la investigación.