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Aunque la historia de la historieta es incierta, y hay excesivas hipótesis y gustos, al hacer esta «Historieta», para la Revista Comunicar, he utilizado mucha documentación, bastante experiencia y un tanto de intuición… Y lo he hecho desde el paraíso, con un Dios que ordena a Adán y Eva: «Las manzanas, ni se tocan», he pasado por Egipto y Roma y más tarde he llegado a la Edad Media, que me ha llevado un arduo trabajo ya que casi todas las viñetas las he dibujado, haciéndolas mías, caricaturizándolas a mi estilo, guardando el estilo de las originales, por ejemplo, el extraordinario Tapiz de Bayeux (siglo XI), así como el manuscrito iluminado del Salterio de San Luis (1253-1270), o las Cantigas de Santa María (mediados del siglo XIII-1284).
Algunas, por su dificultad, las he reproducido de documentos y de libros, vitrales, códices… Algunas directamente las he ideado a mi gusto, como los romences de ciego, que dibujé en su momento para otra ocasión, Lo que he dibujado son las máquinas, la imprenta, la linotipia, la rotativa y otros mecanismos que hicieron posible la historieta, así como las caricaturas de algunos de los responsables de que este arte tan magnífico, a veces ignorado, como es la historieta, fuera accesible al gran público.
En noviembre de 1830, por ejemplo, la revista Le Caricature inauguró la tradición contemporánea de la caricatura política lanzando una campaña contra Luis Felipe «El Rey Burgués» por medio de imágenes satíricas de nombres de la talla de Daumier o Gustave Doré. El testigo de Le Caricature sería recogido por Le Charivari que expurgó la crítica política en favor del molde de simple revista de humor.
Y la vida sigue, la historia seguirá y la historieta la continuaremos haciendo.