Blog de la Revista Comunicar

Alfabetización periodística entre jóvenes egipcios y españoles: Noticias falsas, discurso de odio y confianza en medios

La sobreexposición a contenido engañoso que conlleva la proliferación de medios de comunicación y la expansión de las redes sociales requiere una mediación que mejore la experiencia de las personas ante las noticias online, que las prepare ante los contenidos nocivos. En este sentido, el artículo que nos ocupa, Alfabetización periodística entre jóvenes egipcios y españoles: Noticias falsas, discurso de odio y confianza en medios, realizado por la Dra. Sally Samy-Tayie, el Dr. Santiago Tejedor y la Dra. Cristina Pulido , y publicado en el n.º 74 de la revista Comunicar, se centra en evaluar el nivel de alfabetización periodística de jóvenes de Egipto y España. Para ello, se utilizó un enfoque de método mixto, usando la encuesta como método cuantitativo y los grupos focales como cualitativo, sobre una muestra de 110 estudiantes de la Universidad de El Cairo, Egipto y de 74 estudiantes de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), España, realizando así un estudio comparativo.

Los resultados evidenciaron “una correlación positiva entre la alfabetización periodística y la capacidad de identificar las noticias falsas y el discurso de odio, el compromiso con las noticias, la preocupación por la veracidad del contenido antes de compartirlo y la motivación para buscar noticias”.  Por otra parte, los encuestados de ambos países recriminan a los medios profesionales que polaricen y separen a las personas mediante la retórica de “nosotros y ellos”. Esto, junto a la carga de contenidos engañosos, afecta negativamente al compromiso político de los ciudadanos. Por tanto, expresan que los medios de comunicación no están cumpliendo su función como deberían.

Se trata, de este modo, de un interesante estudio que pone el foco en una problemática en alza que debe ser atendida desde una alfabetización periodística, como indican los autores.

Puedes leer el artículo completo aquí.

Como citar: Samy-Tayie, S., Tejedor, S., & Pulido, C. (2023). News literacy and online news between Egyptian and Spanish youth: Fake news, hate speech and trust in the media. [Alfabetización periodística entre jóvenes egipcios y españoles: Noticias falsas, discurso de odio y confianza en medios]. Comunicar, 74, 73-87. https://doi.org/10.3916/C74-2023-06

Desinformación, la otra pandemia

Captura de Pantalla 2020-05-18 a la(s) 19.58.12Información falsa, rumores, y noticias inexactas o sacadas de contexto se han expandido con la misma velocidad que el COVID-19, complicando las medidas de contención, y provocando la toma de decisiones equivocadas en la población.

Esa es una de las razones por las que la Organización Mundial de la Salud declaró al creciente fenómeno desinformativo como “infodemia” y ha dedicado no pocos espacios a advertir y generar conciencia sobre ella; sin embargo, en un contexto donde todos somos productores de información, la mayor dificultad es concienciar al público y que se abstenga de compartir algo si no está seguro de su procedencia y veracidad.

Una de las informaciones falsas que se viralizó en redes sociales a nivel internacional fue aquella que señalaba que se estaba arrojando cuerpos al mar, debido al exceso de cadáveres y la falta de espacios  en cementerios de Guayaquil, la ciudad mayormente afectada por la pandemia en Ecuador.

La información estuvo compuesta por la combinación de un video de inmigrantes que naufragaron en Libia en 2014 y otras de un hombre en silla de ruedas que iba a ser trasladado en lancha hacia la isla donde reside. Ambos elementos, hábilmente editados, provocaron caos en el país.

En Puerto Rico, a finales de marzo, circuló el audio de un pastor que advertía del cierre de comercios y el desabastecimiento alimentos por el resto del año. Ello provocó que una multitud de personas acudiera a supermercados y farmacias generando caos e incluso olas de violencia en ese país.

A estas se suman fake news comunes en todos los países sobre remedios caseros y farmacológicos para curar la enfermedad, y de los cuales no existe evidencia científica.

Iniciativas para contener la desinformación

La avalancha de fake news ha provocado que se generen iniciativas lideradas desde el periodismo para frenarlas. Así, los medios que integran el Grupo de Diarios de América (GDA) ha asumido la responsabilidad de verificar informaciones y rumores difundidos en redes sociales.

En Argentina los medios nacionales publicaron los Consejos para la población acerca de los rumores del nuevo Coronavirus de la OMS, con los que se señala que se redujo el impacto de la desinformación.

A esto se suman verificadores de información como Chequeado en Argentina, Verificado en México, Ecuador Chequea y otras. Incluso se ha conformado la Coronavirus Facts Alliance, proyecto del Poynter Institute y la Red Internacional de Fact-Checkin (IFCN), para combatir la desinformación en la pandemia; al momento ha desacreditado más de 4800 engaños en 43 idiomas.

La Unesco aporta con el documento: Periodismo, libertad de prensa y COVID-19, que brinda recomendaciones para combatir la desinformación.

Por su parte Facebook, Twitter, Google, WhatsApp y otros, que elimina informaciones catalogadas como falsas. Solo en marzo Facebook identificó al menos 40 millones de publicaciones problemáticas, entre informaciones falsas, promotoras de odio, rumores, etc., relacionados con COVID-19, basados en 4 mil artículos de fact-checkers del mundo.

A pesar de estas labores la desinformación se mantiene circulando en redes sociales, la clave sigue siendo la educación de la ciudadanía frente a la discriminación de contenidos y al uso crítico de medios de información.

 

Desinformación aviva la violencia en medio de crisis de países sudamericanos

América del Sur se ha convertido en el escenario de una crisis política de gran complejidad que ha motivado levantamientos sociales y cambios en algunos gobiernos.

Fotografías, vídeos y declaraciones falsas y otras sacadas de contexto, se difunden de forma masiva provocando pánico, ira e inusitadas olas de violencia. Este fenómeno tiene que ver con tres aspectos: el primero de ellos la falta de información que permita comprender qué sucede en el entorno de cada país, la segunda es la escasa credibilidad hacia los medios tradicionales, lo que ha llevado a los usuarios a buscar medios alternativos, y la tercera la falta de competencias mediáticas de los usuarios para discriminar la información verdadera de la que no lo es.

En Ecuador, las medidas económicas anunciadas por el presidente Lenin Moreno a inicios de octubre provocaron el rechazo de diversos sectores sociales, los cuales protagonizaron movilizaciones durante 12 días. En este periodo se suscitaron actos delictivos y violentos que obligaron al gobierno a decretar estado de excepción.

En redes sociales se hicieron virales fake news acerca de supuestas injerencias de otros países en las medidas económicas, el falso pago a migrantes venezolanos con recursos públicos, la reducción de salarios, la condonación de deudas para millonarios y empresarios, muertes y hechos de violencia en contra de manifestantes por parte del Ministerio de Defensa, entre otros.

Como medida para contrarrestar la información falsa el gobierno desarrolló una campaña masiva de SMS a través de las tres principales operadoras de telefonía del país. Los mensajes apuntaban a desmentir los rumores circulantes en redes sociales y apaciguar a las masas frente a actos de vandalismo registrados a nivel nacional.

Chile vive un momento crítico desde el 18 de octubre, debido a medidas económicas adoptadas por el gobierno. A pesar que el presidente Sebastián Piñera decidió dar marcha atrás con las decisiones anunciadas la ola de protestas ha ido en aumento por problemas acumulados desde hace décadas. Los chilenos piden cambios en la constitución.

Desaparecidos, cortes de servicios básicos, incendio de hospitales, colegios y otros recintos, planes extremistas para frenar protestas, carabineros consumiendo drogas, declaraciones falsas el presidente, asesinato de manifestantes y otras han sido las fake news con mayor difusión en las cuatro semanas de protestas.

En Bolivia las protestas iniciaron el 20 de octubre después de un controversial recuento de votos de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de ese país. Con un 84% de votos escrutados los resultados apuntaban a una segunda vuelta, pero al finalizar el mismo se determinó el triunfo de Evo Morales quien era reelegido por cuarta ocasión.

La escasa claridad en la obtención de resultados finales provocó la ola de rumores sobre el tema: injerencia rusa a favor de Morales, información comprometedora de la oposición acerca de Morales, su próxima con apoyo militar y otras. La situación se salió de control con la difusión de una fotografía falsa de un joven quemado por simpatizantes de Morales. Producto de la violencia que desencadenó esta información dos personas murieron y se intentó quemar a otra como represalia, después se comprobó que la imagen correspondía a un hecho en México.

Es claro que Internet ha posibilitado la creación de medios alternativos de información, pero todavía está pendiente trabajar en su uso responsable y en la formación de los usuarios respecto al consumo de información. Si bien las crisis en los países sudamericanos tienen su origen en medidas gubernamentales, descontento social y otros, no es menos cierto que la proliferación de fake news ha coadyuvado a agravar el panorama en todos los casos. El periodismo tiene mucho por hacer, las labores de verificación, tradicionalmente desarrolladas por ellos, deben trascender hacia los ciudadanos, de modo que se generalice una cultura de verificación de la información antes de compartirla.

La sindicación de contenidos en los agregadores de noticias: Hacia la devaluación de los criterios profesionales periodísticos

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Quien o quienes nos cuentan las historias tiene cada vez más importancia. Ante la devaluación de los hechos como referentes para el pensamiento y la opinión, el trabajo profesional de decisión sobre los acontecimientos importantes y cómo cambian la percepción del mundo necesita ser reivindicado, para no perder la dimensión de la labor de selección, organización y estructuración de las noticias. En este sentido, el artículo “La sindicación de contenidos en los agregadores de noticias: Hacia la devaluación de los criterios profesionales periodísticos”, de los doctores Concha Edo, Juan Yunquera -ambos de la Universidad Carlos III de Madrid- y Helder Bastos -de la Universidad de Oporto-, en el número 59 de la Revista Comunicar, resulta más que interesante, porque incide en factores que atraviesan esta compleja realidad de nuestra vida contemporánea.

La pérdida de la jerarquización profesional en torno a las noticias es el problema más dramático que sufre el periodismo en nuestros días: estos trabajadores tienen que competir por la atención del lector con los agregadores de contenido: muchos de ellos, más clásicos y otros novedosos, son estudiados en el texto. La clásica labor de gatekeeping de los medios, con su transparencia y su filtro en las noticias, se ve ahora problematizado y cuestionado: de qué forma jerarquizan los contenidos estos agregadores y qué criterios transparentes desarrollan, si es que lo hacen, es el objetivo de los autores con el trabajo. La metodología ha sido diversa: por un lado cuantitativa, con la evaluación de 47 parámetros en 30 agregadores de noticias con contenido sindicado, y por otro cualitativa, con ocho entrevistas semiestructuradas a directores de medios de calidad.

Las conclusiones apuntan a ciertos aspectos negativos como el gran número de noticias, a veces incontrolables, su selección automática sin criterios de calidad, la falta de jerarquización de la información y la dispersión de las noticias. Todas tienen consecuencias también en la relación entre el lector y el medio.

Muy interesante texto que debate muchas otras ideas que escapan a este post. Leánlo aquí y comprobarán su análisis crítico y contenido sugerente.

Imagen de Banco de imágenes y sonidos de Ministerio de Educación y Formación profesional bajo licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported (Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual)(CC BY-NC-SA 3.0).

Diversidad, inclusión y educación en el primer canal de contenido étnico de Colombia

Reportajes, transmisiones en vivo y documentales pueden verse también en la página del canal: https://origenchannel.com/

Los medios son una herramienta clave en la promoción de la educación y la inclusión de pueblos y nacionalidades indígenas en el mundo, muestra de ello es Origen Channel, el canal que a partir de agosto llega a Colombia de forma gratuita a través de la señal de televisión digital terrestre.

El Pacífico colombiano se caracteriza por la presencia de una variedad de pueblos, culturas y razas, de ahí que a través de este medio se busca difundir contenido netamente educomunicativo de cara a fomentar el conocimiento, la tolerancia a la diversidad, la inclusión y la difusión de la riqueza cultural colombiana.

La programación comprende contenido que resalta a las culturas afrodescendiente, indígena y romaní que se encuentran especialmente en Valle de Cauca, Chocó, Nariño y Cauca. Los contenidos serán producidos y protagonizados por los propios miembros de cada cultura, lo que coadyuvará a un conocimiento más directo de sus costumbres, expresiones y raíces.

Documentales, reportajes, entrevistas y programas en vivo son parte del contenido del canal, que recorre lugares aislados y poco visibilizados de Colombia, conecta al espectador con la vida y transformación del país de la mano de sus habitantes, que buscan encontrar y transmitir sus raíces ancestrales. También ofrece un enfoque a las vidas de quienes por diversos motivos dejaron el país para buscar sus sueños en lugares lejanos.

Origen Channel muestra un contenido diverso que apuesta por la diversidad y que promueve una forma de conocimiento con la cual propios y extraños vuelven la mirada a los pueblos nativos de Colombia y sus influencias en la sociedad actual.

La televisora que promueve la iniciativa es Telepacífico, y esta programación se suma a otras provenientes de Ecuador, Argentina, Perú, México y Brasil, con producciones regionales y de similar enfoque.

No es la única vez que se muestran programas y piezas de comunicación en los medios de comunicación colombianos, pero sí es una nueva experiencia hacer que sus miembros los produzcan y cuenten sus propias historias, de modo que se convierta en una interesante forma de educar a la población sobre sus orígenes y costumbres.

Bolivia: elecciones, fake news y la responsabilidad del ciudadano

Screen Shot 2019-06-23 at 1.49.49 p.m.En octubre de 2019 Bolivia elegirá a presidente, vicepresidente, diputados y senadores. Los medios, la academia y organismos del Estado, prevén que la mayor cantidad de información electoral circule a través de Smartphones, tomando en cuenta el número de usuarios de estos dispositivos en el país, de acuerdo al informe Estado de Situación de Internet en Bolivia, de marzo de 2019.

Según el informe, en los últimos 5 años se duplicó el nivel de conectividad del país, dato que también recoge el informe Digital In 2019 sobre Bolivia, donde se estima que más del 94% de la población se conecta a Internet vía Smartphones.

En ese marco, surge una de las mayores preocupaciones en relación al proceso electoral que se avecina y es cómo circula la información a través de estos dispositivos, y qué efectos puede provocar la información manipulada o creada en la decisión de voto de los bolivianos.

Videos, memes, audios, fotografías, gifs, etc., circulan con facilidad a través de aplicaciones de mensajería como Whatsapp y Messenger, y su origen es casi imposible de determinar, así lo advierten dos organizaciones recientemente creadas en Bolivia para la verificación de información: Verifica Bolivia y Chequea Bolivia, ambas lideradas por periodistas y académicos con la misión de desmentir informaciones falseadas que circulen en la Red. La creación de estas organizaciones obedece a la necesidad de paliar los efectos de la información falseada y evitar sus efectos en los resultados electorales, tal como se evidenció en Brasil , en donde la campaña de Jail Bolsonaro utilizó como uno de sus principales recursos fake news a través de grupos de Whatsapp de apoyo al candidato. Los propio ha sucedido antes en Brexit en el Reino Unido, y las elecciones de Estados Unidos, en donde los resultados finales se atribuyen al efecto fake news.

El informe de marzo de 2018 del Instituto de Tecnología de Masachussets (MIT), sostiene que las fake news tienen un 70% más de probabilidades de ser difundida y generar más impacto que una noticia verificada, lo cual le atribuyen a dos cuestiones clave: el tiente emocional de sus contenidos, y la sorpresa e impacto que genera. En este sentido, no es menos cierto que la generación de este tipo de contenidos, lejos de ser un mero fenómeno de la sociedad de la información, se ha convertido en ciertos contextos, en un negocio rentable que permite captar la atención de usuarios e intercambiarla por clics e ingresos publicitarios, de ahí que las formas de identificarlas sean complejas, pero no imposibles.

Aún así, en un contexto electoral, y de modo general, frente al uso de la información la primera labor de responsabilidad de los usuarios es la duda, y luego la verificación de la información antes de compartirla.

 

De lo utópico a lo real ¿qué sucede en el periodismo español?

La digitalización de los contenidos y la inmediatez bien empleadas suponen un marcado progreso, sin embargo, como todos los recursos, si los utilizamos de forma inadecuada generan efectos perniciosos. En el  ecosistema informativo más reciente,  surge un interrogante entre los profesionales de la comunicación. Especialmente el sistema de prensa español, como caso prototípico del sistema de pluralismo polarizado, es proclive al conflicto de roles profesionales entre los periodistas y los diarios en que trabajan, un hecho que se produce en un contexto de crisis política y económica.

Teniendo en cuenta estos factores, los doctores Sergio Roses, profesor Titular del Departamento de Periodismo en la Universidad de Málaga (España)y  María-Luisa Humanes-Humanes, profesora Titular de Universidad del Departamento de Ciencias de la Comunicación y Sociología en la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid (España) en el artículo publicado en el número 58 de la revista Comunicar analizan en qué medida  los profesionales del periodismo perciben una desconexión –una brecha– entre sus ideales y su puesta en práctica, y cuáles son los roles más «conflictivos» en el contexto de un sistema de medios de pluralismo polarizado.

Según recogen en su trabajo, los periodistas presentan un conflicto de roles justificado por las diferencias significativas existentes en su estudio, cifras que establecen una marcada distinción entre la concepción de seis de los siete roles profesionales y la percepción de la puesta en práctica de dichas funciones. Las mayores divergencias las sitúan en los roles vigilante, cívico y diseminador.

En esta tesitura, los autores proponen plantear el análisis comparativo de la brecha con otros países, la replicación del diseño con una muestra de profesionales de diferentes soportes (radio, televisión, diarios nativos digitales y redes sociales) y la observación y análisis de la brecha real entre la concepción de los roles profesionales y su materialización en los contenidos.

Una información que puede ampliarse en:

Roses, S. & Humanes-Humanes, M. (2019). Conflicts in the professional roles of journalists in Spain: Ideals and practice. [Conflictos en los roles profesionales de los periodistas en España: Ideales y práctica]. Comunicar, 58, 65-74. https://doi.org/10.3916/C58-2019-06