Hasta hace menos de un año, los investigadores andábamos perdidos en cuanto a la justificación de criterios de calidad de las editoriales científicas. Este es un problema que las revistas científicas depuraron hace décadas y que en cambio con las monografías, los científicos han tenido un problema sin resolver hasta hace poco. Tradicionalmente se ha justificado la calidad de las monografías de forma individual, obra a obra, por las citas recibidas de otros trabajos, por las reseñas en revistas y por la presencia en bibliotecas. Las citas tienen un problema, que llegan con el tiempo, las reseñas son poco habituales mientras que la presencia en bibliotecas es un factor que también tarda cierto tiempo en materializarse. El problema de la falta de indicadores de calidad para las monografías es especialmente dramático en disciplinas donde los libros son y han sido tradicionalmente el medio vehicular de la investigación, y por tanto el principal objeto de evaluación de la actividad científica de los investigadores por parte de las agencias acreditativas (sí, los demonios de la ciencia).
Pero cuando muchos rezan para que llueva, a veces, diluvia… y es que ahora están surgiendo varias iniciativas con el propósito de evaluar los libros científicos, aunque de momento ninguna herramienta es del todo definitiva. Comenzamos con los productos precursores, Google Books, nos permitía encontrar un gran número de las citas emitidas a los libros. Hace un par de años llegó el esperado Book Citation Index que como Thomson anunciaba vino a “completar el cuadro de herramientas que ofrecen”. La mayor pega de esta herramienta es que sólo indiza los libros de editoriales seleccionadas (algo más de 30.000 libros). Pero estas dos herramientas, aunque claves para medir el impacto/prestigio de las editoriales de monografías, no lo hacen, sólo analizan y cargan las obras individualmente.
No es hasta hace mes y medio que no surgió una herramienta que permitía acercarnos a la calidad de las editoriales, utilizando el “prestigio“, específicamente el prestigio que las editoriales españolas y extranjeras tienen entre los profesores universitarios españoles medido a través de encuestas. Esta herramienta del Grupo EPUC fue bautizada como “Scholarly Publishers’ Indicators” del que ya hicimos una entrada. Pero ahora mes y medio después, de la mano del Grupo EC3 surge otra propuesta, la creación de un “Book Publishers Citation Reports” que pretende obtener la calidad de las editoriales científicas a través del impacto de sus libros, utilizando como muestra los datos del Book Citation Index de la Web of Science.
El Grupo EC3 propone una forma de evaluar las editoriales basada en el impacto medido en número de citas de sus libros, para ello realiza un estudio preliminar de cómo quedaría el producto si se utilizasen los actuales datos del Book Citation Index, y calcula, realizando un paralelismo con el JCR de las revistas, para 19 disciplinas los valores de sus editoriales más importantes. Aunque de momento es un experimento y los propios autores son críticos con los resultados, especialmente debido a la selección de la muestra (los fallos de cobertura del book citation Index tienen su eco en este subproducto), personalmente creo que mejora bastante la aislada percepción de las editoriales extranjeras que tienen los profesores universitarios españoles, que nos deja ver SPI, donde en algunas áreas poco internacionalizadas es cuanto menos divergente. Podéis acceder al Working Paper en el siguiente enlace:
Torres-Salinas, Daniel; Robinson-García, Nicolás; Delgado López-Cózar, Emilio. Towards a ‘Book Publisher Citation Reports’. First approach using the ‘Book Citation Index’. Ec3 Working Papers, August 2012.
Sin más os dejamos con un par de capturas del Top 20 de las editoriales en Comunicación y Educación, y les recomendamos que lean este Working Paper que recientemente ha sido colgado en arXiv.