Esta frase la pronuncia Scot Osterweil, director creativo del grupo The Education Arcade, un proyecto dedicado al estudio de los videojuegos y de su utilización dídáctica. Y es que cada vez son más los investigadores que publican trabajos relacionando los videojuegos con el aprendizaje significativo. En esta ocasión destacamos al technologyreview.es que publica una interesante entrevista a Osterweil, en la cual destaca, entre otros, los aspectos que la educación puede tomar de los videojuegos y viceversa, habla sobre las barreras -tecnológicas y de contenido-que haría falta superar para crear más videojuegos educativos, y también acerca del papel que desempeña la industria en el desarrollo de mejores juegos educativos. El grupo The Education Arcade pertenece al Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), una de las principales instituciones universitarias de los Estados Unidos, fundada en 1861 y dedicada a la docencia y a la investigación en ciencia, ingeniería y economía.
Scot Osterweil, siempre ha defendido la capacidad educativa de los videojuegos y ya en otras publicaciones ha hecho referencia a las cuatro libertades que ofrecen al jugador: la libertad de experimentar, de equivocarse, de elegir una identidad y la libertad de esforzarse para finalizar el juego o abandonarlo.
Lea la entrevista completa aquí y entre en la red que ha fundado el autor acerca del tema: Learning Games Network.