Quiero comenzar este año 2014, haciendo un homenaje a Segundo de Chomón, aragonés, que vivió el cine desde sus primeros momento y que dejó inventos, experiencias, e ideas sobre lenguaje cinematográfico para que Porter, Griffith y otros pudieran más tarde encaminarlo y consolidarlo.
Llevo un mes imbuído en el texto de Agustín Sánchez Vidal, El cine de Chomón (Zaragoza, CAI, 1992), un sistemático recorrido por la biografía del cineasta y de su obra fílmica, con docenas de resúmenes de argumentos, explicaciones de los recursos y elementos técnicos que utilizaba, e innumerables referencias y citas sobre sus aportaciones fundamentales al lenguaje cinematográfico mundial. En su momento le hice un homenaje en mi web, Cine y Educación, Segundo de Chomón.Precursor de efectos especiales y del cine de animación, investigador del color en el cine
Segundo de Chomón (Teruel, 1871 – París, 1929) es considerado como uno de los más importantes de entre los pioneros del cine (de él se ha dicho que es el “Meliès español”, afirmación que debe ser matizada, pues a diferencia del mago francés, los trucos y soluciones que el turolense aplica en sus películas tuvieron siempre una intencionalidad cinematográfica); sin embargo, hasta 1971, fecha del centenario de su nacimiento, nadie se había ocupado sistemáticamente de su persona y producción cinematográfica, salvo esporádicas menciones, casi siempre producidas tangencialmente al tratar de otros cineastas con los que colaboró, por ejemplo en el film Cabiria (1913-1914), de Giovanni Pastrone, que sin Chomón no hubiera podido ser igual, efectos especiales, decorados, masas, coloreado, el travelling, probablemente inventado por Chomón, y muchos de los movimientos de cámara que más tarde fueron base del lenguaje cinematográfico.