Blog de la Revista Comunicar

Las nuevas tecnologías y los desafíos para la educación

Según Einstein, la perfección de medios y la confusión de los fines parece ser la característica de nuestro tiempo. Los medios ocultan o enmascaran a los fines; las circunstancias, la vertiginosidad de la vida nos impide apreciar con claridad a qué lugar queremos llegar. Ya le decía el conejo blanco a Alicia, de Lewis Carroll, en ‘Alicia en el país de las maravillas’: «Si no sabes a dónde vas acabarás en otra parte».

El desafío que las nuevas tecnologías de la imagen y de la comunicación, presenta a la sociedad en general y al sistema educativo en particular, debe responsabilizar en la utilización de los medios, proponiendo en la familia y en las aulas formas de presentación diferentes a las tradicionales, incitando al uso de las nuevas tecnologías en la presentación de trabajos, en la creatividad, en la iniciación a la investigación, en la producción de nuevos materiales, transparencias, presentaciones, dinamización mediante el dibujo y el movimiento. La dificultad que hace años teníamos para lograr fotografías y diapositivas, se nos reduce actualmente con la utilización del escáner a partir de fotografías, revistas, documentos y de la misma memoria del ordenador. La transparencia y las presentaciones de trabajos se hacen cada vez con mayor facilidad, proporcionando más tiempo para aprendizajes de mayor nivel cognoscitivo, incitando a la síntesis creativa, a las estrategias intelectuales, a la motivación y afecto hacia el trabajo y a la producción y utilización de todos los sentidos corporales en el intento psicomotor de la creatividad.

En la base de la creatividad está el conocimiento, el esfuerzo, la memoria y las aptitudes previas. Todo ello puede ser más fácil debido a la nueva tecnología. El salto intuitivo (Bruner), o fenómeno estrictamente creativo, se da hoy día con más celeridad que antaño, debido a las experiencias más veloces que tiene el cerebro, provocadas en gran medida por la destreza informática y los apoyos y ayudas que esta provee. En la fase final de verificación y de producción de procesos creativos, el mundo de la nueva tecnología igualmente facilita habilidades y recursos, dibujo, textos, proporciones, formulaciones, etc., a personas a las que antes estaban negadas por sus carencias o falta de experiencia.

La sociedad debe enfrentar estos problemas adelantándose a las generaciones que nos siguen en el uso de la nueva tecnología y sus posibilidades creativas. Como asegura Hallman, «todo acto de creación comienza preguntando». O Roger Lewin, «con demasiada frecuencia damos a los niños soluciones que recordar en vez de problemas que resolver». Los valores morales son afectados igualmente por la sociedad digital, pues como dice Bilbeny, pasamos de una ética de interrelación personal, de proximidad,  a una ética en la que la interacción es virtual o se desarrolla a distancia, con texto pero sin gesto; con imágenes pero sin cuerpos.

Es la ética, los valores morales que deseamos imponer a nuestros sucesores, lo que posiblemente debieran ser revisados. Los jóvenes no están exactamente contra aquellos valores en los que la sociedad se reconoce y se identifica. Simplemente están en otra parte: en un sistema cultural que, progresivamente y de manera peculiar (Babin, 1983) se está constituyendo en una verdadera cultura, distinta de la anterior. Es preciso impulsar el diálogo entre las culturas, resistirse a que la homogeneización (Cebrián 1998) sea el resultado de la victoria de unas civilizaciones sobre otras. Es necesario utilizar en lo posible todo lo que tenemos. Una de las cosas más tristes que pueden ocurrir a nuestra sociedad es que utilicemos solamente una parte pequeña de las posibilidades que se nos brindan.

Esto es un segmento de un articulo publicado en 2000 en Comunicar 14, pp. 43-49. Mensajes diferentes, métodos creativos y diversidad de valores para la socialización en un mundo tecnificado. Soluciones nuevas para nuevos problemas que se presentan a la especie humana en la sociedad de la información.

 

Situaciones nuevas, tecnologías en auge y soluciones creativas.

Según Aristóteles «No hay respuestas sencillas para los problemas complejos». Un desafío más para políticos, educadores y ciudadanos. El problema es complicado, pero no podemos, como el avestruz, esconder la cabeza, dejar las responsabilidades en manos de otros, o echar balones fuera. «Condenar la tecnología ‘in toto’ es el olvidar los vergeles que la desalinización del agua del mar ha hecho posibles, mientras que idealizar la tecnología es olvidarse de Hiroshima», dice Stuart Chase.

La memoria del género humano es colectiva, los individuos se socializan –aprenden- por mecanismos inconscientes en su gran parte. Sin embargo, el aprendizaje es individual, o lo que es lo mismo, cada persona aprende lo suyo. Las relaciones interpersonales logran una mayor capacidad de aprendizaje individual y colectivo. La historia acumula cada día más productos en su haber, aunque muchos de ellos no queden reflejados en los libros. «Marguerite Duras decía que el saber era lo que hemos aprendido en la escuela y el conocimiento lo que aprendimos por nuestra cuenta», afirma Carrière.

En primer lugar hay que tener en cuenta que, a más memoria, hay más posibilidades de creatividad, ya que existen mayores medios para establecer sinapsis, conexiones entre las neuronas, y por lo tanto, relaciones creativas en el mismo cerebro, los saltos intuitivos que explica Bruner, o lo que los creativos publicitarios llaman el fenómeno ¡ajá!. Si a la memoria de nuestro cerebro, la liberamos mediante sistemas informáticos, lo que cabe en un ordenador de información y la rapidez de acceso al mismo, aumentamos nuestras propias capacidades; el ordenador se convierte en un instrumento más de nuestro cerebro, y por lo tanto aumentamos nuestra creatividad.

 «Sabemos que existe, según Thomas J. Watson, una generación silenciosa, más interesada en la seguridad que en la integridad, en la conformidad que en la actividad, en la imitación que en la creación».

Es necesario que pedagogos, psicólogos, biólogos, neurólogos y sociólogos, informáticos y otros expertos, realicen experiencias para relacionar las nuevas tecnologías informáticas y mediáticas con la creatividad. La gran cantidad de información, textos, iconos, gráficos y modelos, proporcionan mayores y mejores posibilidades de asociación de ideas.

Esta realidad, unida a la facilidad en los recursos, dibujos, etc. y a la rapidez de recuperación, imposible para el cerebro humano, hace factible una mayor aptitud creativa, nuevas conexiones entre ideas, iconos y situaciones, que van a facilitar el recorrido informativo entre las neuronas. No se crea de la nada.

 Esto es un segmento de un articulo publicado en 2000 en Comunicar 14, pp. 43-49. Mensajes diferentes, métodos creativos y diversidad de valores para la socialización en un mundo tecnificado. Soluciones nuevas para nuevos problemas que se presentan a la especie humana en la sociedad de la información.

 

Las nuevas tecnologías y la responsabilidad humana

Llega un momento en los asuntos de los hombres en que hay que coger el toro por los cuernos y enfrentarse a la situación». (W.C. Fields)
Los científicos de mediados del siglo pasado (siglo XX), ya atisbaron, aún sin tener todavía los elementos técnicos de juicio que poseemos actualmente, que los próximos cambios evolutivos de la humanidad, tendrían que darse por la vía de la solidaridad creativa. Tanto Theilard de Chardin, antropólogo y jesuita, como Jhon Lewis, filósofo y antropólogo marxista, coincidían desde sus estudios e investigaciones en que el próximo paso evolutivo de la especie humana podría ser, o la búsqueda conjunta de soluciones o el autoexterminio. Hoy científicos de todo el planeta avalan este pensamiento, fundamentándolo empíricamente con datos posibles gracias a la nueva tecnología. Irónicamente lo expresa Will Rogers «… no puede decirse que la civilización no progrese, pues en cada guerra le matan a uno de una nueva forma». Tal vez la carrera armamentística, las nuevas tecnologías que provienen de la competitividad entre pueblos y poderes económicos, puedan algún día dedicarse a mejorar los procesos sociales.
La responsabilidad del género humano ya no es la misma, pues hoy, gracias a la democratización de la información, a las infinitas posibilidades comunicativas y a los progresos técnicos, la sociedad es –o debiera ser- consciente de responsabilidades hacia el mantenimiento y salvación del planeta, tanto en lo biológico, físico, sociológico o ideológico.
Esto es un segmento de un articulo publicado en 2000 en Comunicar 14, pp. 43-49. Mensajes diferentes, métodos creativos y diversidad de valores para la socialización en un mundo tecnificado. Soluciones nuevas para nuevos problemas que se presentan a la especie humana en la sociedad de la información.

Creatividad y educación: dos realidades indisolubles

Muchas veces he oído, e intentado rebatir, la idea de que los nuevos medios informáticos y cibernéticos no facilitan la creatividad, incluso que la impiden o deterioran. Ya lo afirmaba el poeta y dramaturgo inglés Elliot «La Humanidad no puede soportar mucha realidad». ¿Son los niños ahora menos creativos porque ven más la televisión?. ¿Somos menos creativos los adultos porque leemos menos?. El problema no es de los medios, sino tal vez de cómo se enfrentan. «Temo a la obscuridad pero desconfío de la luz», dice Woody Allen.
Cuando el libro se hizo masivo, también se consideró un peligro para la educación y la creatividad. ‘Este niño lee demasiado, y no estudia’, se podía oír en los años sesenta. Tampoco debemos confundir creatividad con poesía o pintura, ya que las llamadas «bellas artes», no son más que una parte de la creación que a lo largo de la vida posee un individuo. No olvidemos que Einstein (físico), Poincaré (matemático), o Newton y otros muchos científicos son hoy día paradigmas y prototipos de personas creativas; gracias a sus «intuiciones», hicieron posible el avance científico. «Hay un pasado que se fue para siempre, pero hay un futuro que todavía es nuestro.» F. W. Robertson.
La responsabilidad de mantener la dinámica evolutiva de la especie humana, está en nuestras manos. Mirando al futuro, previendo situaciones, adelantando nuestra preparación a los acontecimientos. Ibsen, el dramaturgo decía: «Yo sostengo que está en lo justo la persona que más estrechamente está unida con su futuro».
Parece una perogrullada decir que el futuro se crea en el presente afianzándose en el pasado, pero normalmente no nos comportamos ni como ciudadanos ni como educadores conforme a aseveración tan obvia. Casi siempre esperamos los acontecimientos para actuar a partir de ellos, y muy pocas veces nos adelantamos a los hechos. Una de las cualidades o características de la creatividad –está en todos los manuales- es la previsión, la intuición, el adelantamiento de los sucesos. La capacidad de predicción del futuro basándonos en las experiencias personales y colectivas es uno de los distintivos más importantes de la especie humana, y sobre todo de los individuos creativos. La previsión y la predicción, conductas fundamentales ligadas a la actividad intelectual las confundimos o equiparamos a las adivinaciones astrológicas.
La capacidad de crear es la que va a defender a la sociedad de los poderes fácticos, del poder de una sociedad consumista y del dominio de los ‘mass media’, educando a los individuos en el espíritu crítico. Tenemos en nuestras manos un futuro del mundo lo suficientemente incierto como para tomarnos en serio la frase de Peter de Vries «la mano que mece la cuna rige al mundo», que dio lugar al nombre de una película.
 Esto es un segmento de un articulo publicado en 2000 en Comunicar 14, pp. 43-49. Mensajes diferentes, métodos creativos y diversidad de valores para la socialización en un mundo tecnificado. Soluciones nuevas para nuevos problemas que se presentan a la especie humana en la sociedad de la información.

El mito del miedo a las nuevas tecnologías

La sociedad, los mismos padres y, si no el sistema educativo, muchos profesores tienen un gran miedo a que hijos-alumnos se sumerjan en las nuevas tecnologías. El temor a lo desconocido, no saber qué hacer cuando los adolescentes pasan mucho tiempo ante el ordenador, falta de alternativas a los medios, sumergen a la sociedad en un mar de dudas, guiadas en el mayor número de casos por el desconocimiento, por no adaptarse a las circunstancias o por carecer de tiempo para una puesta a punto. Un estudio publicado en septiembre de 1999 por Market Data Retrieval muestra que el 61% de los profesores norteamericanos se encuentran mal preparados para asumir en sus aulas la tecnología. Según otro estudio publicado por el Higher Education Research Institute, de la Universidad de California, la dificultad de mantenerse al día es una de las principales fuentes de estrés para los profesores. No dispongo de datos parecidos sobre los profesores españoles.

El miedo a lo desconocido no debe impedir la utilización de la nueva tecnología en las aulas. En mis clases a profesores he apreciado en bastantes ocasiones que aquellos que más critican la «frialdad» o «deshumanización» de la utilización de los ordenadores son quienes más miedo tienen a ellos. Una vez realizada la experiencia, reducida la ansiedad y eliminado el miedo, se produce el efecto creativo deseado.

No debemos cerrar ninguna entrada al sistema educativo. Los medios son, además, posibles vías de trabajo futuro. «Debemos mantener abiertas todas nuestras percepciones hacia lo desconocido», dice Clifford comentando a Feyerabend. Las nuevas tecnologías proporcionan mayor democratización en la información y la comunicación y son sustento de habilidades diferentes que pueden ser la base de aprendizajes diversificados ligados a la creación de nuevas situaciones y procesos. Internet, y las redes que de ellas dependen, democratizan la información; abren mundos antes imposibles de acceder a ellos.

Según Einstein, la perfección de medios y la confusión de los fines parece ser la característica de nuestro tiempo. Los medios ocultan o enmascaran a los fines; las circunstancias, la vertiginosidad de la vida nos impide apreciar con claridad a qué lugar queremos llegar. Ya le decía el conejo blanco a Alicia, de Lewis Carroll, en ‘Alicia en el país de las maravillas’: «Si no sabes a dónde vas acabarás en otra parte».

En la base de la creatividad está el conocimiento, el esfuerzo, la memoria y las aptitudes previas. Todo ello puede ser más fácil debido a la nueva tecnología. El salto intuitivo del que hablaba Bruner, o fenómeno estrictamente creativo, se da hoy día con más celeridad que antaño, debido a las experiencias más veloces que tiene el cerebro, provocadas en gran medida por la destreza informática y los apoyos y ayudas que esta provee. En la fase final de verificación y de producción de procesos creativos, el mundo de la nueva tecnología igualmente facilita habilidades y recursos, dibujo, textos, proporciones, formulaciones, etc., a personas a las que antes estaban negadas por sus carencias o falta de experiencia.

La sociedad debe enfrentar estos problemas adelantándose a las generaciones que nos siguen en el uso de la nueva tecnología y sus posibilidades creativas. Como asegura Hallman, «todo acto de creación comienza preguntando». O Roger Lewin, «con demasiada frecuencia damos a los niños soluciones que recordar en vez de problemas que resolver». Los valores morales son afectados igualmente por la sociedad digital, pues como dice Bilbeny, pasamos de una ética de interrelación personal, de proximidad,  a una ética en la que la interacción es virtual o se desarrolla a distancia, con texto pero sin gesto; con imágenes pero sin cuerpos.

Es la ética, los valores morales que deseamos imponer a nuestros sucesores, lo que posiblemente debieran ser revisados. Los jóvenes no están exactamente contra aquellos valores en los que la sociedad se reconoce y se identifica. Simplemente están en otra parte: en un sistema cultural que, progresivamente y de manera peculiar se está constituyendo en una verdadera cultura, distinta de la anterior. Es preciso impulsar el diálogo entre las culturas, resistirse a que la homogeneización sea el resultado de la victoria de unas civilizaciones sobre otras. Es necesario utilizar en lo posible todo lo que tenemos. Una de las cosas más tristes que pueden ocurrir a nuestra sociedad es que utilicemos solamente una parte pequeña de las posibilidades que se nos brindan.