Muchos de nosotros utilizamos los recursos electrónicos de las bibliotecas universitarias, pero ¿qué ocurre en la enseñanza básica?. Abundan en nuestra geografía los llamados centros TIC y las Escuelas 2.0 donde se trata de enseñar al alumnado las competencias digitales. En sus actividades buscan información en Internet, procuran utilizarla de la manera más eficiente y la presentan en forma de trabajos de clase. ¿Cuantas veces esa información es fiable y obtenida de una biblioteca digital?
Reflexiones sobre esas preguntas las pueden encontrar en el nº 39 de la revista Comunicar. Concretamente, en el artículo titulado:
Bibliotecas digitales: recursos bibliográficos electrónicos en educación básica escrito por la Dra. Marcela Georgina Gómez-Zermeño, Directora del Centro de Investigación en Educación de la Escuela de Graduados en Educación de la Universidad Virtual del Tecnológico de Monterrey (Mexico)
En el artículo se habla que la biblioteca del futuro está pensada como un espacio sin paredes en la que todos los recursos pueden ser citados, reunidos y consultados desde el lugar donde se encuentre cada usuario. Efectivamente, en esa biblioteca digital se alojan colecciones de objetos entre los que se pueden considerar a los libros, periódicos, documentos, así como diversos objetos multimedia.
También nos presenta la investigación desarrollada con el fin de crear recursos bibliográficos de formato electrónico para la educación básica y contribuir significativamente para contar con espacios que alojan información confiable y pertinente para los pequeños estudiantes. Lo tratan en el caso de México y concluyen que es conveniente definir una guía de indicadores que se base en las necesidades e intereses de los profesores y alumnos, y que además retome los ejes curriculares de la educación básica para asegurar la pertinencia de los recursos educativos en tres aspectos claves, pedagógico, funcional y técnico-estético.
Les animo a su lectura, no les defraudará.