Los que nos dedicamos a la docencia estamos comprobando, cada vez más, cómo algún estudiante prefiere el camino rápido y, en lugar de elaborar sus propios textos, se dedica a “cortar y pegar” fragmentos bajados de internet. Si bien es cierto que, nada más leer un texto, se puede intuir que no se está ante un trabajo original, comprobar si hay plagio ha sido, hasta hace relativamente poco, un trabajo en sí mismo. Actualmente existen programas informáticos que rapidamente detectan si el texto ha sido copiado. Lo que sucede es que, casi siempre, estos programas suelen ser costosos. Y digo “casi siempre” porque cada vez están saliendo más programas gratuitos que permiten la vigilancia contra el plagio. Desde la simple introducción en buscadores de frases (o fragmentos de texto más amplios) hasta programas que detectan el plagio en documentos completos, existe una variedad de tecnologías anti-plagio.
Los interesados en estas herramientas de utilidad docente podrán encontrar más información pinchando aquí.