Imagen: Luciana Fischer Ferreira. (Licencia CC BY-NC-SA 3.0)
En Andalucía vuelven al colegio hoy unos 1.800.000 niños, en medio de todo un debate sobre el papel del profesorado y la naturaleza pública de la educación en tiempos de crisis, que coloca a la calidad de la enseñanza como terreno en constante definición. Al margen, al parecer, de este clima crispado, que ha enrarecido no poco las relaciones entre las instituciones gubernamentales, el profesorado y la sociedad, también este año asistimos a la masiva llegada de aplicaciones informáticas adaptables a distintos usos y que, en general, conectan los aspectos educativos con los lúdicos, aprovechando la motivación que producen las nuevas tecnologías en los jóvenes alumnos.
Superadas ya, e integradas en el día a día, las infinitas posibilidades que Internet pone a disposición de los estudiantes (acceso gratuito a lecturas obligatorias, traductores, calculadoras…), ahora tabletas, móviles y consolas se convierten en protagonistas de lo que se ha dado en llamar la “mochila digital”. Con la llegada del nuevo curso, usted puede organizar el calendario y horario escolar de sus hijos con programas como inClass, iStudiezPro o HomeWork. Si dispone de Nintendo DS y XBOX 360 puede acceder a plugins que desarrollan capacidades espaciales, de cálculo, programas de idiomas o ciencias. Por otro lado, las tabletas gráficas y la iPad de Apple contienen aplicaciones para ayudar a los infantes a dibujar, lejos de los lápices y el papel, y a componer música sin instrumentos reales.
Por supuesto, los programadores no han olvidado a otro agente educativo, los profesores. Programas como Plagium, Aprobo o CopyScape permiten valorar cierto grado de esfuerzo del estudiante, comprobando los plagios de textos anteriores.
Pueden leer algo más en este enlace.