El Festival de Cine Español de Málaga llega a su edición número quince intentando sortear la crisis con medidas estrictas en lo que se refiere a la invitación de personal artístico implicado en las películas a concurso y demás secciones oficiales. Quizás sea el intento por parte de los organizadores del festival por proyectar una imagen de cercanía a la población de la ciudad lo que explique la creciente cantidad de actividades paralelas, cineforums y encuentros con el público de las que se puede disfrutar en el certamen.
El certamen malacitano ha demostrado, desde sus inicios, estar comprometido con la educación, en un amplio sentido. Por ejemplo, ya se han convertido en un clásico las convocatorias abiertas a masterclass de profesionales del sector audiovisual. Este año los invitados a estas acciones han sido Matías Marcos, Director Creativo en The Walt Disney Company España y Portugal (con una charla sobre videojuegos), Raúl García, que habló sobre la importancia del storyboard en la producción de animación, y Fernando Colomo, conocido director de cine, con una masterclass sobre el oficio de dirigir. Finalmente, mi compañero en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga, Juan Escaño González ha impartido el taller “Creación audiovisual con enfoque de género”.
Gracia Querejeta, continuadora de una familia con un vínculo fuerte con la creación fílmica (su padre es el mítico productor Elías Querejeta), comenzó su carrera en el largometraje con la interesante y polémica El último viaje de Robert Rylands y se consolidó con Cuando vuelvas a mi lado (1999), “Héctor” (2004) y Siete mesas de billar francés (2009).
Fracaso escolar, cortometraje presentado por la cineasta a la sección a concurso de esta edición del festival, nació, según su directora, de la sensación de dificultad en la relación con su hijo adolescente durante la espera del autobús que lo que llevaba al instituto. Como todos los días, los problemas de comunicación del personaje de Adriana Ozores (que ya colaboró con Querejeta en Héctor y obtuvo el premio a la mejor actriz en el festival de 2004) con su hijo (Aron Piper), provocan que este llegue tarde al colegio por no tomar a tiempo el transporte público. El cortometraje es ante todo una historia pequeña, que se basa en excelentes interpretaciones y un lenguaje fílmico sobrio y ajustado. La directora no pudo acudir a la sesión por encontrarse rodando su próximo proyecto.