El editor de una revista científica es una figura clave para el éxito de la misma. El nivel de exigencia, su responsabilidad y la capacidad de liderar son determinantes para conformar un equipo que pueda afrontar las diferentes tareas asociadas a la edición. Además, es importante su experiencia investigadora y su prestigio en el ámbito académico, porque su papel como gestor de ciencia debe estar avalado por la credibilidad en el campo. A esto ha de sumarse el compromiso ético y la transparencia en la administración del proceso de edición.
La edición de una revista de calidad implica consideraciones muy variadas en las que se requiere, fundamentalmente, de rigor, estructura, colaboración y transparencia. Rigor en cuanto a los contenidos y lo que ello implica como conocimiento científico y académico. Estructura que se determina por un claro establecimiento de los roles de cada una de las personas que intervienen en el proceso de edición desde el inicio hasta la publicación el artículo: llamada, admisión recepción, gestión de manuscritos, revisiones, correcciones, edición, publicación y difusión. Colaboración en tanto que la revista debe contar con una comunidad científica, en la que se ha de incluir avales y apoyos internacionales. Esto es, por una parte, investigadores, académicos, y profesionales vinculados al enfoque de la revista, como Comité Científico, Consejo de Revisores, que confieran la credibilidad necesaria para la innovación y el avance científico de lo publicado. Y, por otra, Consejo Técnico, que se responsabiliza de la concreción del formato de la publicación y su posterior difusión y la visibilidad. Transparencia en la gestión de todo el proceso y en los distintos: claridad y objetividad de la temática, visibilidad de las normativas, accesibilidad del procedimiento de envío, cumplimiento de los plazos, criterios de calidad y respeto del código ético.
El editor debe ser capaz de promover contribuciones sugerentes, adecuadas a las necesidades y retos del campo, en consonancia con las vetas del saber y la temática de la revista. Y debe hacerlo buscando el equilibro entre lo novedoso, lo original, lo relevante y lo significativo para los lectores de la publicación. En este sentido, el contacto con investigadores y académicos de relevancia en el ámbito temático de la revista es fundamental como garantía del rigor y actualidad de los de los trabajos que puedan publicarse. De ahí el planteamiento de los monográficos o call con los que se busca atraer los mejores trabajos y de mayor impacto, garantizando un número constante y suficiente de artículos.
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