Las indexaciones: visibilidad e impacto

https://doi.org/10.3916/club-de-editores-037

La calidad de una publicación científica se mide básicamente por tres criterios: la originalidad y el rigor de sus contenidos científicos, la visibilidad que se sea capaz de generar, y el impacto de sus trabajos en la comunidad científica, así como en su transferencia social. Es obvio que la lógica establece que estos tres parámetros deben ser consecutivos y condicionados progresivamente. Si no hay trabajos novedosos, significativos y originales en una publicación, como de resultados de investigación relevantes, en condiciones normales no hay razones para que se genere una gran visibilidad de esos trabajos. En consecuencia, no se debe producir un gran impacto medido tanto en citas en otras publicaciones científicas, como en las llamadas ‘altmetrics’ (redes sociales, repositorios…).

Nos centramos en este post para Editores en la visibilidad de las publicaciones científicas. Esto es, en su presencia en todos los canales y contenedores que pueden generar accesibilidad a los investigadores.

En un mundo volátil de sobreinformación de datos, como es el universo Internet en el que nos movemos, solo una presencia planificada e intencionada en múltiples portales puede garantizar para una revista científica una alta exposición y visibilidad a fin de que pueda llegar a los usuarios finales que, una vez leídos los trabajos, pueden generar el impacto deseado, sobre todo, su concreción en citas. Este indicador es el único que finalmente genera el “valor” y “prestigio” de una publicación a través del aumento de sus factores de impacto en las bases más reconocidas, WoS y Scopus.

En ‘Comunicar’ diferenciamos dos grandes sectores en el campo de las indexaciones. Las bases de datos que miden impacto y, por tanto, seleccionan, pero también clasifican a sus revistas por su prestigio (especialmente medidas en citas), a las que denominamos “Factor de impacto” (https://bit.ly/2Ysuhfw), de aquellas otras que etiquetamos como “Bases de datos” genéricas (https://bit.ly/36w3SlA), que recogen un amplio espectro de fuentes documentales. En esta sección se pueden recopilar desde bases de datos internacionales selectivas, plataformas de evaluación de revistas, directorios selectivos, otras bases de datos bibliográficas, hemerotecas selectivas, portales especializados, catálogos de bibliotecas, redes sociales, sistemas de acreditación de revisiones, catálogos de bibliotecas universitarias internacionales (WorldCat), aplicaciones como Researcher…

Sin duda alguna, son las primeras, las de ‘Factor de impacto’, las que definen el prestigio de una publicación y la jerarquiza, marcando la diferencia en cuanto a su impacto, y, por ende, sobre su visibilidad y calidad de contenidos.

‘Comunicar’, como revista internacional, prioriza, ante todo, y por este orden, las citas en JCR (Journal Citation Reports) dentro de la base de datos Web of Science (WoS) y, en segundo lugar, la base de Scopus, propiedad de Elsevier. La primera incluye cerca de 12.000 revistas de todas las áreas, mientras que la segunda indexa poco más de 41.000 en 2021.

También, dentro de estas indexaciones de primer nivel, se puede computar con matices las citas en Google Scholar, si bien estas no están filtradas y recogen todo tipo de publicaciones académicas sin ningún criterio selectivo. Su valía está en su universalidad, pero la ausencia de filtrajes le resta prestigio. Si bien, su índice H se ha convertido en un elemento universalmente conocido y parangonable para investigadores y también para revistas, especialmente las publicaciones top-100 en cada lengua. En el ámbito latinoamericano hay que destacar también a REDIB con más de 1.100 revistas indexadas dentro de un ranking selectivo basado en WoS con una horquilla de 5 años.

Y, finalmente, en el ámbito español hay dos índices que en los últimos años han cubierto un espacio que clarifica el impacto de las revistas españolas, especialmente de aquellas que no tienen posicionamiento en el concierto internacional: FECYT Métricas y DIALNET Métricas… Ambos son dos buenos productos basados en citas (propias como DIALNET o ajenas como FECYT) que permiten a autores, editores y evaluadores de producción científica tener dos nuevos instrumentos que clarifican en el ámbito de las Humanidades y las Ciencias Sociales el panorama editorial español.

Claves de gestión editorial: El espacio web y el gestor de manuscritos

https://doi.org/10.3916/club-de-editores-036

Los organismos de indexación de publicaciones científicas internacionales requieren en la actualidad una serie de requerimientos mínimos para su inclusión en las bases de datos. En este compendio, habitualmente se introducen aspectos que los evaluadores deben localizar con viabilidad en el espacio online de la revista. Así, tanto la web como el gestor de manuscritos, deben considerarse hoy una máxima para los Editores en materia de actualización, visibilidad y transparencia informativa. 

Parámetros de selección: La relevancia de la web y el gestor de manuscritos

Mantener un sitio web navegable y responsive adaptado a todos los dispositivos tecnológicos actuales es hoy la premisa entre revistas científicas de alto impacto internacional. Espacios online que han de cumplir una serie de parámetros y optimización para los procesadores de búsqueda e indexación. 

En efecto, planificar, controlar y priorizar las actualizaciones del espacio web y del gestor de manuscritos editorial de una revista científica conlleva una dedicación de tiempo y recursos adicionales que, principalmente, deben ser acometidos por técnicos profesionales. El fin último es aportar máxima rigurosidad en la actualización y resolución de incidencias entre Editores, Revisores y Lectores, mejorando la labor de gestión editorial y difusión de las publicaciones científicas.

Podemos observar, por ejemplo, que bases de datos como Emerging Sources Citation Index™ (ESCI) o Journal Citation Reports (JCR) de la colección principal de Web of Science, introducen hasta 28 criterios de evaluación. Parámetros que deben recogerse con claridad en el espacio web, siendo este el emplazamiento de comprobación fundamental para los evaluadores. De hecho, uno de los primeros parámetros es la propia URL web de la revista, además del registro y visibilidad del ISSN, el título de la publicación y el grupo editor, el acceso al contenido de la revista con sus correspondientes IP’s, la política de revisores pares ciegos, la información de contacto, la funcionalidad, arquitectura y usabilidad de la web, entre otros. Es decir, en muchos de los criterios se contempla la disposición de un espacio online y gestor de manuscritos, tal y como recogen, también, Scopus, Dialnet Métricas, Scielo, DOAJ

Asimismo, resulta esencial destacar la función del gestor de manuscritos. En ‘Comunicar’ hablábamos del sistema OJS 3 (Open Journal Systems), cuya finalidad es facilitar la gestión y publicación de manuscritos en línea mediante un sistema altamente flexible y gratuito. Si bien, existen otras opciones como ScholarOne™, Aries Systems Corporation, entre otros. 

Ejemplo de la relevancia digital de estos dos espacios es la revista ‘Comunicar’, recientemente actualizada y reestructurada, que incorpora no solo los criterios requeridos, sino servicios adicionales a la comunidad científica que aportan mayor valor y transferencia social como la Escuela de Autores, el Club de Editores, el sistema de Impacto de artículos, el Ranking ESCI, entre otros.