Philosophiæ naturalis principia mathematica de Isaac Newton fue escrito en latín, el primer artículo que introducía la teoría de la interacción molecular de Albert Einstein fue publicado en alemán en Annalen der Physik, y la obra de Marie Curie fue publicada inicialmente en francés (La radiologie et la guerre, Propiétés magnétiques des aciers trempés). Si bien, hoy, el mayor volumen de trabajos científicos se publican en inglés. 

Pero, ¿por qué este idioma se considera el lenguaje de la ciencia? ¿Por qué es tan relevante para un autor no nativo publicar su investigación en inglés? Anteriormente se ha profundizado sobre la cuestión, determinando que la adopción de este idioma de facto en la producción científica ha proporcionado a la comunidad una vía de acceso a la amplia literatura universal. Ya un estudio determinaba que el 80% del trabajo publicado en Scopus estaba disponible completamente en inglés, y que, adicionalmente, el resto de trabajos contaba con el título y abstract en esta lengua (van-Weijen, 2012). Pero esto no fue siempre así. Que hoy la ciencia acceda y se esfuerce en publicar en inglés se debe a una serie de acontecimientos que sobrevienen desde el siglo XV.

En efecto, Gorin (2015) señalaba que los primeros científicos en adoptar el modelo de divulgación que hoy conocemos presentaban sus estudios en dos formatos: 1) Conversaciones y discusiones del trabajo en su lengua materna; y 2) Difusión extramuros geográficos en latín. A medida que la ciencia avanzaba, también lo hacía el modo en que se extendían los hallazgos, dificultando en muchos casos la comprensión del saber. No fue hasta principios del siglo XIX cuando se comenzaron a consolidar el francés, el inglés y el alemán. De modo que, en la segunda mitad del siglo XX, solo el inglés se mantenía como lengua dominante, al tiempo que Estados Unidos reforzaba su autoridad en el mundo. 

Dada la potestad del inglés en la actualidad, resulta esencial para el autor dedicar esfuerzo intelectual (y en muchos casos, económico), a la participación en la empresa científica internacional, publicando sus avances en inglés. Acceder a la literatura científica universal aportará mayor valor a la fundamentación teórica, del mismo modo que publicar en esta lengua franca mejorará la visibilidad de los estudios y, por ende, de su impacto. 

En este contexto, es apropiado tener en cuenta una serie de aspectos básicos para la escritura y envío de trabajos a la comunidad editorial científica internacional:

  1. A pesar de los errores gramaticales, sintácticos y de uso, los investigadores no nativos pueden defender trabajos efectivos basándose en la claridad, lógica y concisión de las ideas. En este caso, por ejemplo, el español es dado a la fastuosidad y complejidad. 
  2. Asimismo, los autores deben tener en cuenta que revisores y editores de una revista no pueden dedicar el tiempo y recursos suficientes a desentrañar un manuscrito. Es decir, deben ser capaces de entender, sin dificultad, lo que se está exponiendo.

Por ende, te invitamos a tomar conciencia y partida sobre un hecho que, aunque ampliamente consolidado, sigue siendo una brecha científica en la comunidad no anglosajona.

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