Una revista científica es el canal, por excelencia, para la difusión y divulgación del conocimiento científico, en forma de resultados, avances y hallazgos de investigaciones. Por ello, son el espacio de referencia en el que pueden encontrarse las novedades y actualizaciones de cualquier disciplina, contribuyendo al desarrollo del discurso o narrativa científica, así como a la conformación del estado del arte del campo. Así las personas que indagan o investigan en los distintos nichos del saber tienen en ellas el recurso idóneo para definir y delimitar su camino investigador.

Una publicación que se precie de científica requiere de una estructura de funcionamiento, un formato adecuado, un prestigio y reputación por la solidez de sus publicaciones y una normativa trasparente y clara, desde el compromiso del rigor y la ética del ejercicio intelectual. Hoy día la mayoría de las publicaciones científicas ha optado por un formato electrónico, en el que es bastante sencillo reconocer la calidad de la publicación y su rigurosidad en cuanto a contenidos, equipos humanos, procesos, plazos, impacto y visibilidad de los trabajos que se aceptan.

Cuando nos planteamos la publicación de un trabajo en una revista científica debemos elegir bien dónde lo haremos. Esta decisión es compleja, pero ayuda la cultura de la lectura. El conocer el ámbito de estudio y leer a menudo revistas del campo, considerando las aportaciones que se van sucediendo, los artículos más citados, las temáticas novedosas, las discusiones, etc. nos sitúa en el universo de las publicaciones y sus protocolos. Y, consecuentemente, nos muestra las principales publicaciones y lo que exigen o difunde

Una de las claves para publicar es la consideración del tema, del método de investigación utilizado, y del objeto del estudio o enfoque. De esta manera, es relativamente fácil decidir dónde publicar si consideramos los objetivos y el alcance de la revista a la que nos hemos propuesto enviar. Suele estar muy claro en la estructura de la revista. No atender a ello es una de las principales causas de rechazo de un artículo, dando una visión de que quien envía el texto no conoce la revista o no ha tomado muy en serio su enfoque e identidad.

En el proceso de conocimiento de la revista científica, es también primordial tomar en cuenta la normativa, que puede ser un indicador relevante para decidir si se ha hecho una buena elección. Aspectos vinculados a la autoría, la filiación, la extensión del manuscrito, los requisitos formales, normativa de citación, cómo tratar las figuras y gráficos, resumen, palabras clave, entre otras, no son cuestiones menores. Muchos artículos se rechazan porque no han cumplido con estos requerimientos que son fáciles de estimar, si previamente se conocen y se chequea su cumplimiento.

Para publicar en una revista científica hay que partir de un ejercicio de honestidad, en cuanto al nivel del manuscrito que se quiere enviar. En los últimos años la presión por publicar en revistas de impacto ha generado muchas situaciones que nada tienen que ver con el espíritu de la ciencia y la publicación de calidad. De ahí que la consideración del impacto, legítima en todo caso, debe tenerse en cuenta una vez que se haya analizado la estructura y el alcance de la revista elegida, su normativa, los requisitos, y lógicamente el nivel del texto publicable.

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